jueves, 30 de agosto de 2012

OÍDOS SORDOS




Sordera selectiva: un oído funcional y fisiológicamente sano puede no oír lo que le conviene o no entiende. O como dice Friedrich Nietzsche, “Un hombre no tiene oídos para lo que no le ha dado acceso la experiencia”
Hay personas que a pesar de no padecer sordera escuchan “zumbidos…
Los “zumbidos” pueden simbolizar un negarse a escuchar la propia voz interior. Confusión entre el intelecto y la intuición. Miedo a perder el equilibrio y el control de sí mismo.
Una visión positiva sobre la sordera
En el sentido positivo, representa la oportunidad de establecer por fin un diálogo interior una vez que falta el exterior. Por ejemplo, Bethoven y Smetana, crearon obras de arte musicales a pesar de su sordera, oyendo su voz interior.
Parece ser que los oídos son para escuchar tanto lo que nos gusta como lo que nos disgusta. Para aprender a obedecer a la propia voz interna y también a la externa. Lo que nos molesta no es lo que se dice, sino la percepción que tenemos de ese mensaje. Desde ese punto de vista hacemos “oídos sordos” para evitar tener que obedecer o para no escuchar los problemas de nuestros seres queridos


jueves, 23 de agosto de 2012

¿EN QUE CONSISTEN LOS CICLOS BIOLÓGICOS CELULARES MEMORIZADOS ?



Los ciclos biológicos celulares memorizados identificados nos permiten volver conscientes patrones que repetimos de manera cíclica y establecer la relación entre nuestras creencias y nuestras experiencias vividas.
El estudio y análisis de los ciclos biológicos celulares memorizados, se basa en investigaciones de Marc Fréchet, (psicólogo clínico parisino) las cuales permiten volver conscientes patrones repetidos a lo largo del tiempo y manifestados en hechos y eventos de nuestra vida que, aparentemente, no tienen conexión.
Lo que ocurre en el presente tiene relación con lo ya vivido, permitiendo establecer una relación entre eventos, ciclos vitales y ritmos biológicos: se estudian eventos que han ocurrido en la vida del consultante, eventos totalmente objetivos y que ocurrieron en fechas concretas, se ordenan cronológicamente y se fragmentan; a partir de ellos se establece una relación asombrosamente lógica que desvela lo programado de manera inconsciente y basada en la memoria del cuerpo, sus células y su poder de programación.
Ante los conflictos no resueltos, eventos o impactos traumáticos (físicos o psíquicos) nuestro inconsciente responde almacenándolos como si de un programa informático se tratara y lo graba en el disco duro del ordenador. Se instala como una creencia destinada a repetirse en el tiempo y que se manifiesta a través de diferentes eventos en la vida que tienen el mismo denominador común aunque habitualmente no nos tomemos la molestia de relacionarlos. Es una defensa del sistema que tuvo sentido en un momento dado pero que en el presente resulta obsoleta.
Se trata de traer a la conciencia dichos ritmos y relacionar hechos aparentemente desconectados para generar la comprensión, ser consciente de la repetición de patrones y posteriormente des-programarnos a nosotros mismos. Un poco de auto-observación basta para reconocer que repetimos patrones, atraemos el mismo tipo de personas, situaciones, vivencias parecidas en cierta manera. Traer a la consciencia todo esto, hace que nos volvamos libres para no repetir dichos patrones inconscientes y poder des-programarnos.
La toma de conciencia de estos esquemas de repetición es la primera solución terapéutica y en la mayoría de casos, basta para detener el proceso.


EL DESAPEGO FAVORECE LA EVOLUCIÓN




¿Qué es la oportunidad? Es lo que está contenido en cada problema de la vida. Cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio. Una vez que tengamos esta percepción, nos abriremos a toda una gama de posibilidades, lo cual mantendrá vivos el misterio, el asombro, la emoción y la aventura.
Podremos ver cada problema de la vida como la oportunidad de algún gran beneficio. Habiéndonos afianzado en la sabiduría de la incertidumbre, podremos permanecer alerta a las oportunidades. Y, cuando nuestro estado de preparación se encuentre con la oportunidad, la solución aparecerá espontáneamente.
Lo que resulta de esto es lo que denominamos comúnmente «buena suerte». La buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad. Cuando los dos se mezclan con una vigilancia atenta del caos, surge una solución que trae beneficio y evolución para nosotros y para todos los que nos rodean. Ésta es la receta perfecta para el éxito, y se basa en la ley del desapego.

Deepak Chopra

lunes, 20 de agosto de 2012

NO LO PUEDO DIGERIR!!!!




Como dijimos en otras publicaciones la enfermedad es la respuesta apropiada del cerebro a un trauma emocional, y forma parte de un programa de supervivencia de la especie.
Una vez resuelto el trauma, el cerebro invierte el orden y el individuo pasa a la fase de reparación.
Veamos un ejemplo; el señor Mario X, de cincuenta años, ha dedicado toda su vida laboral a una pequeña empresa de muebles de oficina. Una mañana, al llegar al trabajo, el propietario le llama y le anuncia sin demasiados preámbulos su despido. El señor Mario X se queda sin respiración, incapaz de la menor reacción, sin poder explicarse la razón del mismo. Luego descubrirá que su puesto ha sido ocupado por el hijo del amo. Es una mala pasada que nunca se hubiera esperado y lo expresa diciendo: «¡No puedo digerir que me despidan así
Inmediatamente la mente informa al cerebro que transmite la orden a las células del estómago que dan comienzo a una proliferación celular, un tumor, para digerir el bocado indigesto que ha estado a punto de causar la muerte del señor Mario.

Estamos programados para sobrevivir y preservar la especie. El cerebro no establece diferencia entre lo real (la pata de conejo que se ha quedado en el estómago del lobo) y el imaginario (el despido de Mario, vivido como un bocado que se le ha atragantado). La enfermedad es, pues, la solución perfecta del cerebro en términos biológicos de supervivencia.
Mario puede resolver el problema eliminando el trauma emocional, o, de forma más «práctica», buscándose sencillamente otro trabajo.
Si Mario no está en condiciones de eliminar el trauma ni de encontrar otro trabajo, el cerebro entrará en acción sobre el único campo que tiene a su disposición, es decir, el estómago, antes de que Mario consuma todas sus energías en el intento de... «digerir» el amargo bocado. Intervendrá con el único medio que puede resolver a toda prisa el problema: ¡un tumor! ¡El tumor en el estómago será entonces, paradójicamente, la solución biológica para salvar la vida del señor Mario B.!
Pero Mario habría podido vivir el trauma emocional de su despido de modo distinto (cada uno de nosotros tiene su historia, su educación, su pasado):
* «Estoy rabioso por la injusticia que he sufrido», patología de las vías biliares;
* «Esto no me lo trago», patología del esófago;
* «Es una mala pasada, no puedo dejarla pasar», patología del intestino delgado;
* «Me ha hecho una guarrada», patología del colon;
* «Tengo miedo de no tener ya mi propio espacio», patología de los bronquios;
* «Se me viene todo encima», patología renal.
* «No valgo ya para nada», patología ósea.

Cada vez que un individuo, en el curso de su existencia, se ve afectado por un trauma emocional que tiene las siguientes características:
- Es vivido de manera dramática,
- Nos toma desprevenidos, cuando menos se espera;
- La emoción se impone a la razón;
- Es vivido en soledad, rumiando continuamente el problema (aunque todos saben lo que nos ha sucedido, nadie sabe lo que hemos sentido);
- No se encuentra una solución satisfactoria.
Entonces, y sólo entonces, entra en acción el cerebro poniendo en marcha un programa biológico especial para la supervivencia del individuo.
La intensidad del trauma emocional no tardará en determinar la gravedad de la enfermedad, mientras que el tipo de emoción sentida al comprobarse el trauma determinará la localización de la patología en el cuerpo.
Sin conflicto no hay enfermedad: darse cuenta de ello es el primer paso hacia la curación.
Descubrir el sentido de las enfermedades es lo más apasionante y fructífero que pueda imaginarse...
De Giorgio Mambretti y Jean Séraphin

Biología Total - PNL & Salud




La Biología Total de los Seres Vivientes es un concepto desarrollado por el Doctor Claude Sabbah; basado en investigaciones realizadas por el Doctor Ryke Geerd Hamer, con aportes de las ciencias biológicas y la medicina; destacando desarrollos teórico – prácticos de Jung, Groddeck, Erickson, Ancelin-Schützenberger (influencias transgeneracional) y los trabajos de Marc Fréchet (la influencia del proyecto en el sentido de la vida de una persona), Enric Corbera (Biodescodificación), entre otros.
Este concepto nos permite comprender que la enfermedad es la respuesta o solución biológica perfecta de nuestro cerebro, la posibilidad de supervivencia.
Todo conflicto nos provoca un estrés, y ese estrés psicológico se transforma en un estrés biológico, con una determinada sintomatología o enfermedad. La Biología Total, permite desprogramar la enfermedad, cualquiera que ella sea, decodificarla, soltarla.
Richard Bandler (psicólogo estadounidense) y John Grinder (profesor en lingüística); en 1967 desarrollaron la Programación Neurolinguística (PNL), se establece en la Programación: Cómo funciona el Cerebro inconsiente, Cómo fijare objetivos y metas, cómo alcanzarlos. Neuro: Cómo gestionar las emociones, creencias. Lingüística: Cómo entender al otro, Cómo hacerse entender, Cómo hablar, la gramática y vocabulario transformadores.
Ambos conceptos “Biología Total” y “PNL” permiten decodificar enfermedades, generando un salto, de estado inconciente a estado conciente, donde el consultor es una guía, con la comprensión del mecanismo de nuestro cerebro ante determinadas vivencias y conflictos. Es la búsqueda de los códigos biológicos que hay detrás de todo síntoma y la comprensión emocional que los activa, para que se pueda decodificar y activar unos nuevos códigos, gracias al cambio de perspectiva que el consultante obtiene en la búsqueda.

viernes, 17 de agosto de 2012

NO HAY CULPABLES EN EL ÁRBOL GENEALÓGICO




Cuando observamos el árbol genealógico debemos olvidarnos de buscar culpables. Aferrarse a la culpabilidad es un acto de puro narcisismo.
La culpabilidad es inútil. Pertenece a la vanidad. Cuando alguien comete un error y luego toma conciencia, se enriquece con ella. Jamás es demasiado tarde para reparar, porque lo que no hemos hecho por los nuestros, lo haremos por los otros. Y lo que hacemos por los otros lo hacemos por los nuestros.

Alejandro Jodorowsky