domingo, 17 de noviembre de 2013

LO REAL Y LO IMAGINARIO


Nuestro cerebro no establece diferencias entre un hecho imaginario y un hecho real.
Llamamos “real” al hecho que viene del exterior, a una situación que se vive, que se ve, que se oye, que se puede percibir de manera sensorial. Un hecho “imaginario” es de orden cognitivo, es una cosa en la que se piensa, que se imagina o que se evoca.
El cerebro no establece diferencias entre estos dos tipos de hechos. Cuando se vive un hecho o cuando se evoca, el cuerpo segrega unos mismos ácidos, suda, tiene las mismas palpitaciones; y en el plano emocional, tiene la misma alegría o la misma tristeza, ira, vergüenza, etc. La emoción es idéntica.
Cuando sobreviene un hecho exterior, como de hecho están sobreviviendo en cada instante de nuestra existencia, el hecho es coloreado, teñido, más o menos deformado, por nuestra subjetividad, por nuestro mundo interior. Reconstruimos lo real de manera constante. Este hecho atraviesa el círculo del pensamiento. En ese instante se identifica, se califica, se asocia con recuerdos.
Contemplo una pintura que no había visto nunca. Simples manchas de color. Consulto el nombre del pintor y veo que es Gauguin, Picasso o Miró. El cuadro, que es el mismo que hace unos segundos, me produce inmediatamente un impacto emocional completamente nuevo: “¡Ah! Es un Picasso; qué fuerza tiene…”
…Se trataría de un estado de conciencia del presente desembarazado de los filtros interpretadores personales… A falta de alcanzar este estado de la conciencia, el ser humano pone etiquetas, interpreta, atribuye un sentido, y no reacciona al mundo exterior sino a este sentido. No por eso deja de ser la etiqueta completamente imaginaria, virtual, arbitraria, aleatoria. Esta engendra una emoción que puede ser agradable o desagradable, en virtud del sentido que se atribuye al hecho…


Descodificación Biológica Por Christian Fléche.

viernes, 31 de mayo de 2013

LAS TRES REGLAS DE RUEDIGER DAHLKE RELACIONADAS CON LA SALUD


Ruediger Dahlke (Médico y psicoterapeuta alemán, estudió medicina en Munich, Alemania, se formó como médico naturista, Psicoterapeuta y como Homeópata) nos enseña que “el estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí encontrarás las leyes de la vida y de la salud.”
Aporta estas tres reglas básicas para lograr la salud:
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que florezca
Pregúntate quién eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras (sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no se está viviendo la propia vida.
2. Sé consciente de tus miedos
Te impide liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu miedo y verás como te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina.
3. No sigas estando sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada

Todas las cosas, y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.

lunes, 22 de abril de 2013

NO ESTOY A GUSTO CON MI PIEL




-Yo, tu piel, soy la mejor maestra a la que tienes acceso. Si me preguntas quién soy, te responderé que me presento como la frontera que comunica a tu cuerpo con el exterior. Es improbable que puedas ver con tus propios ojos cómo está tu hígado, pero a mí me verás siempre.
Pregúntate: “¿Te alejas de los demás para no tocar ni dejar que te toquen?” Si es así, busca las causas profundas de tal actitud y enfréntate a ellas, siendo consciente de que muchas se crearon durante la infancia.
-¿Cómo piel hay algún otro consejo que puedas darme?
-Confía en ti mismo y en la vida. Deja de defenderte de peligros imaginarios. Aléjate de las personas tóxicas. Acaricia y déjate acariciar. Da sin esperar nada a cambio. Por último y no menos importante, acepta tu imagen.
*
La piel: “Como es arriba es abajo, como es afuera es adentro, tu historia se escribe sobre mi superficie, por eso lo se todo sobre ti”.
No encontraba una ciudad para vivir, ni un lugar donde enraizarse. Todo cambió cuando comenzó a sentirse a gusto en su piel.

Publicado en Plano Creativo

lunes, 11 de marzo de 2013

LOS PULMONES: SÍMBOLOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD...



Los pulmones simbolizan el contacto, la comunicación, la libertad, el hecho de dar y recibir.

En la respiración se establece y mantiene el contacto con el mundo exterior en forma de un intercambio de gases entre el aire y la sangre (se transforma, como en el laboratorio de un alquimista, la sangre venosa en arterial). La respiración nos conecta con todos los seres vivos ya que todos respiramos el mismo aire.
El ritmo respiratorio es de catorce inspiraciones-espiraciones por minuto (un número sanador según el Tarot) y este ciclo lo repetimos 21.000 al cabo del día. La respiración, junto con la alimentación, es nuestro combustible vital. Un suspiro espontáneo es un “extra” de vida que nuestra alma reclama.
Por naturaleza, el pulmón es un órgano flexible (se expanden y achican con cada respiración) y pasivo (se mueven por acción de los músculos que lo rodean y el diafragma). Cuando una persona rechaza en sí esas actitudes, la de la flexibilidad y la pasividad, por ensalzar las contrarias: rigidez e hiperactividad, puede acusar problemas pulmonares.
La respiración significa absorber, mantener y compartir vida. Desde esta perspectiva los problemas respiratorios expresan nuestra dificultad de inspirar y acoger la vida en nosotros. Los motivos pueden ser: el miedo, los impedimentos, por falta de capacidad para defendernos de las agresiones (reales o imaginarias) de nuestro entorno y la falta de espacio para moverse.
El pulmón, al igual que la piel, es un órgano de contacto con el exterior, con la diferencia de que con la piel podemos decidir voluntariamente (toco o no toco, me dejo tocar o no me dejo tocar) y con el pulmón el contacto se hace de manera involuntaria, por lo que es muy susceptible del abuso. Cualquier abuso en estos ocho centros, puede causar lesiones o tumores en el pulmón:

DAR – TOMAR
RELAJACIÓN – CONTRACCIÓN
CONTACTO – REPUDIO
LIBERTAD – AGOBIO

El enemigo número uno de los pulmones es el tabaco, se suele relacionar con el cáncer de pulmón. Aparece una relación directa entre este tipo de cáncer y la degeneración en el campo de los contactos y de la comunicación. Digamos que cada cigarro es un duelo entre la vida y la muerte: tenemos la falsa ilusión de que controlamos lo que inspiramos y con ello nos sentimos más vivos, mientras por otro lado, sabemos que ese “aire” caliente que a voluntad absorbemos, repetidamente y en exceso, nos puede llevar a la muerte.
Es imposible, al reflexionar sobre este tema, pasar por alto la imagen gráfica y somática que nos ofrecen los pulmones encerrados entre esos alineados barrotes óseos que son las costillas. Son como dos grandes pájaros enjaulados. El no aceptar las limitaciones, las resistencias a las normas impuestas y las corrientes en contra del río de la vida, pueden también acarrear problemas de salud en estos encarcelados órganos.

Preguntas que nos podemos hacer:
¿Tengo miedo de ser libre e independiente? ¿Hay algo o alguien que me impide respirar? ¿Con qué o con quién no deseo entrar en contacto? ¿Me faltan ganas de vivir?


Publicado en Plano Creativo

martes, 12 de febrero de 2013

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA IRA Y LA DENTADURA DESDE DIFERENTES PERSPECTIVAS




Marianne Costa: La ira es el inverso de “ser bueno”.
Con los dientes mordemos y masticamos. Una mala dentadura es indicio de dificultades para expresar la agresividad. Parece que para no devorar a mordiscos a los que nos rodean, preferimos destrozarnos los dientes. Reprimimos la ira, antes que perder el rol de “bueno” por el que la familia nos acepta, nos da un sitio y nos quiere. El bruxismo es el colmo, rechinar los dientes, morder compulsivamente por la noche, lo que has dejado de morder de día bajo el control de la conciencia. Los dientes se quedan romos, como inofensivos.
Los dientes representan también las decisiones. En el mundo actual la educación social que recibimos nos exige obediencia y adaptación por tanto se nos obliga a reprimir nuestra agresividad. Las caries vistas desde este punto de vista, significarían que alguien nos impide mostrar nuestra agresividad, lo que provocará nuestro enfado. La caries también puede indicar que nos tomamos la vida demasiado en serio…
Marianne Costa: si alguien perdona, sin hacer la confrontación, también guarda ira.
Desde la teología cristiana la ira se convierte en pecado gravísimo cuando nuestro instinto de destrucción sobrepasa toda moderación racional y, desbordando todo límite dictado por una justa sentencia, se desea sólo la inexistencia del prójimo.
Beck: Mis comienzos en la investigación psicológica estuvieron relacionados con probar si la depresión no era más que “ira introyectada”…
Un sueño que suele estar conectado con la impotencia para resolver determinados conflictos es aquel donde se nos caen los dientes…Suele darse más durante la adolescencia
Freud: Los pacientes deprimidos sienten hostilidad e ira contra alguien que aman. Como no pueden tolerar esos sentimientos adversos a una persona que para ellos es importante, necesaria y valiosa, los reprimen y los dirigen inconscientemente contra sí mismos.
Dice Alejandro Jodorowsky que cuando sufrimos una depresión a consecuencia de rabia que no hemos podido expresar, una forma psicomágica para salir de la misma es aprender a disparar en una escuela de tiro.
Marianne Costa: descubrir tu propia fuerza. A veces, uno reprime su fuerza, por miedo a saber que es capaz de matar. Es recomendable aprender artes marciales. Tener fuerza también consiste en saber huir cuando lo necesitas.


Publicado en Plano Creativo.

viernes, 1 de febrero de 2013

¿QUÉ ES EL ÁRBOL GENEALÓGICO?




Árbol genealógico y familia parecen palabras sinónimas.
La familia es lo permanente, estaba antes de que llegáramos, le pertenecemos mientras vivamos y seguirá existiendo después de nosotros. Es una generación de vivos, que caminan como mínimo con dos generaciones de muertos a la espalda hasta la línea de meta, donde le toca subirse a la espalda de la siguiente generación de vivos.
¿Por qué tendría que prestar atención al pasado?
Desde muy pequeños aprendemos la historia de nuestro país y de nuestra cultura; sin embargo resulta muy curioso que no prestemos ninguna atención a nuestra historia familiar. Dice Alejandro Jodorowsky que si el psicoanálisis fue la gran revolución del siglo XX, la psicogenealogía (estudio de nuestro árbol genealógico) está destinada a serlo en este siglo XXI.
¿Y si ignoro o rechazo a alguna parte de mi familia?
No hay que eliminar a ningún familiar del árbol, pues sería como eliminar un miembro o un órgano de nuestro cuerpo. Hay que integrar el pasado en el presente y asimilar que todo lo que pasó fue útil, todo tuvo una razón de ser.
¿Qué significa: ”un árbol genealógico es una toma de consciencia”?
Es una frase de Marianne Costa, señala que el árbol genealógico nos permite descubrir nuestro inconsciente (la familia es el inconsciente) O también podemos llamarlo como nuestra dimensión no racional…
¿Para qué me va a servir esa toma de consciencia?
Según Marianne Costa, inicialmente es un escándalo para la consciencia ahondar en el árbol, pero será útil para descubrir que la familia es como una olla psicológica llena de secretos, tabúes, silencios, vergüenzas. Donde hay asesinatos, locura, robos, infidelidades, cárcel, incesto, abusos…Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol y eso se manifiesta en nosotros como chivo expiatorio haciéndonos sufrir, impidiéndonos amar, tener relaciones sexuales, realizarnos… ser felices, en definitiva. La memoria de nuestro árbol genealógico está siempre presente.
¿Qué trascendencia para las generaciones futuras?
Lo que sano de mi árbol, queda sanado para las generaciones que me sigan. Si elevo mi nivel de consciencia, eso repercutirá no sólo en mis hijos y en los hijos de mis hijos, sito también en todas las obras que realice y comparta con el mundo.
¿Todo es negativo?
No todo es negativo, también hay un tesoro que deberemos descubrir en el proceso… Hay que entender que con este ejercicio no se trata de volvernos autónomos de nuestra familia, sino de ser capaz de entrar en ella y convertirla en nuestra aliada interior. Lo que me doy, se lo doy al árbol.
¿Cuál es la ley del árbol genealógico?
Sin duda: la repetición. Un árbol genealógico es como el engranaje de una maquina que sustituye piezas desgastadas por otras nuevas a las que somete a una función similar. Y es que el árbol pide a los niños que nacen que sustituyan a las ramas muertas, pero en realidad son ramas nuevas que crecen en un sitio diferente. El trabajo a realizar consistirá en identificar y desactivar esas monstruosidades.
¿Con cuantas generaciones se trabaja desde la perspectiva de la psicogenealogía de Alejandro Jodorowsky?
Cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas. Cuando nos movemos llevamos a todo nuestro “clan” con nosotros (Se dice que junto a cualquier persona siempre viajan todos sus ancestros).
¿En qué me convierto si me atrevo a construir el árbol genealógico?
Según dice Marianne Costa, en todo árbol aparece en un momento determinado un héroe, el que lo sana y se sana, aquel que se atreve a construirlo…Hacemos este trabajo del árbol para deshacer la identificación con el clan y poder salir de él. Se sale del yo familiar, para ser el yo auténtico.
¿Qué es lo que puede frenarnos en esa búsqueda?
Las resistencias, como reacciones de defensa. Cada vez que nosotros “movemos algo” nuestro clan también se mueve por efecto del inconsciente familiar que trata de reequilibrar la situación. En muchas ocasiones no queremos cambiar porque nos identificamos más con la identidad que nos dio el árbol que con la propia, porque además, pensamos que si cambiamos van a dejar de querernos.
¿Cuál es la primera pregunta que he de formularme si quiero construirlo?
Lo primero que tenemos que descubrir es “la trampa” de nuestro árbol genealógico. Preguntarnos ¿Cuál es nuestra finalidad en este momento de nuestra vida? La respuesta apuntará a las prohibiciones de nuestro árbol genealógico.
Si digo que mi finalidad hoy es desarrollar mi creatividad…
Significa que tu árbol te lo prohibió. En familias muy religiosas, se bloquea la creatividad, porque está asociada al diablo. El inconsciente familiar guarda el recuerdo de la caza de brujas.
Empecemos por el principio, la información que voy a necesitar.
Nos centraremos en nuestros hermanos, padres, tíos, abuelos con sus hermanos y bisabuelos. En primer lugar deberemos dedicar un tiempo a la recogida de datos sobre cada uno de ellos.
¿Qué datos básicos he de averiguar?
Nombre y apellidos. Fechas de nacimiento, y casamiento y muerte. Causa exacta de la muerte. Profesión. Hijos muertos, abortos voluntarios e involuntarios. Enfermedades y acontecimientos importantes (ruinas, éxitos, divorcios, secretos, anécdotas curiosas, accidentes, cambio de país, cárcel, violación, etc.) Tener una idea de la relación emocional que nuestros padres tuvieron con sus padres cuando eran niños.
¿Es algo cuadriculado?
Las relaciones internas de un árbol genealógico son misteriosas. Para comprenderlas es necesario entrar en él como en un sueño. No hay que interpretarlo, hay que vivirlo.

viernes, 25 de enero de 2013

UN HÍGADO SANO




¿Cuál es la función del hígado?
El hígado es un órgano encargado de múltiples funciones, es como un gran laboratorio dentro de nuestro cuerpo: participa en la digestión, en la composición de la sangre, produce y almacena energía y, actúa como desintoxicante. Incluso en los tres primeros meses de gestación cumple la misma función que realizará en adelante la médula ósea.
¿Qué se sabía de este órgano en la antigüedad?
La astrología médica realiza una analogía entre el hígado, como órgano de mayor tamaño en el cuerpo humano, y Júpiter que es el planeta de mayor tamaño en el Sistema Solar sin contar con el Sol. Recordemos que una analogía es una correlación entre términos de dos o más sistemas.
En la antigüedad se consideraba a Júpiter como el “benéfico mayor”. Si habláramos de un coche, sería el acelerador que controla los procesos de regulación intestinal y los procesos de expansión y engorde.
¿Qué es lo que afecta al hígado?
Los excesos pueden desencadenar graves patologías en el hígado: exceso de comida, de alcohol, de drogas, las ansias desmesuradas de expansión, etc. Cuando existe un exceso es porque tenemos dificultades para valorar, ¿qué es beneficioso y qué es perjudicial? Un exceso puede ser indicador de de un sentimiento de separación, de un super ego muy desarrollado.
¿Alguna otra cosa sobre el hígado?
El hígado parece gestionar nuestros sentimientos, la principal emoción asociada al hígado es la cólera. Algunos consideran que este órgano es la sede de la rabia y de las emociones primitivas. Las afecciones hepáticas como la hepatitis y otras más graves, son la consecuencia de haber reprimido durante mucho tiempo el enfado, la tristeza y la amargura. Cuidar el hígado es también cuidar el hábito a quejarse y dejar el mundo de la crítica…
¿Cómo puedo cuidar este órgano tan importante?
Cuidar el hígado significa plantearme en que me estoy excediendo. Si el exceso se centra en el consumo de alguna droga, es que inconscientemente me quiero anestesiar para no sentir. Frecuentemente nos evadimos, evitamos enfrentarnos a lo que nos duele, y las heridas más profundas se hallan en el seno de las relaciones familiares primarias. El alcohol se toma equivocadamente para desinfectar el alma, cuando sería mejor plantearse por qué está mi alma enferma. El análisis del árbol genealógico nos ayudaría a ver de una manera clara que focos abiertos de dolor hay en el alma familiar que compartimos con todos nuestros ancestros. Si el exceso es en grasas, debemos investigar la razón de ese acumular simbólico ¿qué tememos que nos falte? ¿qué nos faltó en la infancia, cómo repartieron nuestros padres el territorio simbólico de que disponían para sus hijos? La respuesta a la pregunta ¿qué tipo de carencia padezco?, nos dará la pista que nos guíe hacia ser consciente de porque nos excedemos en ingestas que perjudican nuestro hígado y por lo tanto a nuestra salud.
Cuidar el hígado, con sus múltiple conexiones, con el cordón umbilical, el corazón, el intestino…, y como gestor de nuestras emociones almacenadas, es aprender a comunicarnos de forma asertiva.
Hay un equilibrio, un punto equidistante entre la represión de los sentimientos y la agresión verbal y entre la carencia y el exceso. En ese punto está la zona en la que un hígado permanece sano de por vida.

De A. Jodorowsky