sábado, 9 de diciembre de 2017

TAI CHI CHUAN



El Tai Chi Chuan es un arte marcial de origen taoísta, con su beneficio terapéutico a través de una observación interna y la constante revelación de la animada interacción de la energías Ying y Yang (vació/lleno, suave/duro, contracción/ expansión…). Es conocido por las secuencias de movimientos que realizan sus practicantes y que se caracterizan por la unión de la conciencia y el movimiento corporal, la lentitud, la flexibilidad, la circularidad, la continuidad, la suavidad, la firmeza, y el sentimiento de armonía que transmiten.

Beneficios del Tai Chi Chuan para el organismo
Algunos de los beneficios que reporta la práctica del Tai Chi Chuan, y que ayuda a disfrutar de un mejor estado de salud, son:
·      -   Controlar el estrés y la ansiedad.
·     -    Aumento de la energía y la resistencia.
·     -    Adquirir más equilibrio, agilidad y flexibilidad.
·       -  Conseguir un aumento de la capacidad aeróbica.
·       -  Mayor fuerza muscular.
·      -  La rotación continúa de la cintura y la cadera aporta una gran elasticidad a los músculos abdominales.
·    -     Previene la aparición de dolores lumbares y problemas de columna vertebral.
·       -  Ayuda a controlar los niveles de colesterol y la presión arterial.
·    -     Mejorar la calidad del sueño.
·     -    Reforzar el sistema inmunológico.
·    -     Reducir el dolor en las articulaciones.
·    -     Una notable mejora en el bienestar general.
¿Cómo nos ayuda el Tai Chi Chuan?
El Tai Chi Chuan nos ayuda enseñándonos a:
·         Reunificar la energía dispersa, con lo que se consigue una gran sensación de bienestar. Nuestros músculos aprenden a trabajar sin rigidez con lo que las tensiones nerviosas irán desapareciendo.
·         Respirar de forma profunda y abdominal con lo que se consigue un gran efecto benéfico sobre los órganos internos.
·         Mejora la circulación de la sangre y tonifica el corazón y regulariza su ritmo.
·         La práctica del Tai Chi ayuda a conseguir un carácter estable y apacible.
·         Nos ayuda a concentrar la atención al máximo.
Otros beneficios del Tai Chi Chuan
·         Beneficios del Tai Chi para el sistema nervioso: el sistema nervioso rige y controla todos los órganos y sistemas del cuerpo. Al trabajar de una forma relajada se consigue que el sistema nervioso influya positivamente sobre el resto del organismo. La práctica del Tai Chi nos dará una gran sensación de bienestar, mejorando la circulación sanguínea y ayudándonos a  inspirar más fácilmente.
·         Beneficios del Tai Chi para el sistema cardiovascular: al inhalar y exhalar más cantidad de aire beneficiamos al sistema circulatorio, aumenta la capacidad de los capilares y se refuerza la oxigenación de la sangre. Se mejora la nutrición del corazón y previene la aparición de distintas dolencias cardíacas.
·         Beneficios del Tai Chi para el sistema respiratorio: mediante una buena respiración se consigue una mejor carga energética para el organismo. El Tai Chi Chuan nos enseña a concentrar la respiración para que el aire llegue al hipogastrio.

·         Aprender a utilizar los pulmones a su plena capacidad es el camino para mantenerlos sanos y fuertes. El aumento de la cantidad de aire en cada respiración ayuda a mejorar la función pulmonar, llevando más oxigeno a la sangre y, por lo tanto, a todos los tejidos y órganos lo que influye en un aumento de la resistencia del cuerpo.

jueves, 2 de noviembre de 2017

LIBÉRATE DE TU MENTE




El siguiente texto es un fragmento del libro “Practicando el Poder del Ahora”, de Eckhart Tolle

La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.
EMPIEZA POR ESCUCHAR LA VOZ QUE HABLA DENTRO DE TU CABEZA, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años. Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua. Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente.

Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás. Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente. Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia. CUANDO ESCUCHAS EL PENSAMIENTO, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella.

Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario. Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de «no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. 

Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente. Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin. También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser. En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente.

martes, 29 de agosto de 2017

¡VIVE EL MOMENTO PRESENTE!



El momento presente, ese único instante en el que todas las cosas suceden, encierra un verdadero tesoro de plenitud, alegría y paz que tal vez sólo hemos experimentado en algunas circunstancias excepcionales.
El constante flujo de nuestros pensamientos, ese incesante diálogo interno que ocupa siempre nuestra atención, nos separa de la única (y maravillosa!) experiencia real: vivir plenamente el momento presente.
Experimentar conscientemente cada sensación de nuestro cuerpo, de nuestros sentidos, interrumpe (aunque sea brevemente) ese diálogo interno que es la desgastante actividad del ego.
Cualquier acción puede realizarse con la atención puesta en el cuerpo, en los movimientos que realizamos, en la respiración y en la gran cantidad de información que recibimos a través de los sentidos y que, normalmente, pasamos por alto por considerarla intrascendente, irrelevante…
Al caminar, por ejemplo, podemos concentrarnos en nuestros movimientos, realizándolos de manera “deliberada”, tal vez con cierta lentitud, de forma tal que no haya nada que sea “automático”, atentos a nuestra respiración y a cada sensación o impresión de nuestros sentidos. La vista, por ejemplo, nos entrega muchísima información.
Este instante, el momento presente, es el único que tiene existencia real. El pasado y el futuro son conceptos abstractos que no pueden experimentarse.

A todos los efectos prácticos hay un solo lugar importante en todo el Universo y un único momento de interés en toda la Eternidad: Aquí y Ahora..

martes, 25 de julio de 2017

LA LEY DEL DESAPEGO



Esta ley dice que para adquirir cualquier cosa en el universo, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto no significa que renunciemos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo; renunciamos al interés por el resultado.
Es grande el poder que se deriva de esto. Tan pronto como renunciamos al interés por el resultado, combinando al mismo tiempo la intención concentrada y el desapego, conseguimos lo que deseamos. Podemos conseguir cualquier cosa que deseemos a través del desapego, porque éste se basa en la confianza incuestionable en el poder del verdadero yo. El apego, en cambio, se basa en el temor y en la inseguridad - y la necesidad de sentir seguridad emana del desconocimiento del verdadero yo.
La fuente de la abundancia, de la riqueza o de cualquier cosa en el mundo físico es el yo; es la conciencia que sabe cómo satisfacer cada necesidad. Todo lo demás es un símbolo: vehículos, casas, cheques, ropa, aviones.
Los símbolos son transitorios; llegan y se van. Perseguir símbolos es como contentarse con el mapa en lugar del territorio. Es algo que produce ansiedad y acaba por hacernos sentir vacíos y huecos por dentro, porque cambiamos el yo por los símbolos del yo.
El apego es producto de la conciencia de la pobreza, porque se interesa siempre por los símbolos. El desapego es sinónimo de la conciencia de la riqueza, porque con él viene la libertad para crear. Sólo a partir de un compromiso desprendido, podemos tener alegría y felicidad. Entonces, los símbolos de la riqueza aparecen espontáneamente y sin esfuerzo. Sin desapego somos prisioneros del desamparo, la desesperanza, las necesidades mundanas, los intereses triviales, la desesperación silenciosa y la gravedad - características distintivas de una existencia mediocre y una conciencia de la pobreza.
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener todo lo que deseamos, cada vez que lo deseamos, y con un mínimo de esfuerzo. Para afianzarnos en esta experiencia es necesario afianzarnos en la sabiduría de la incertidumbre. En la incertidumbre encontraremos la libertad para crear cualquier cosa que deseemos. La gente busca constantemente seguridad, pero con el tiempo descubriremos que esa búsqueda es en realidad algo muy efímero. Hasta el apego al dinero es una señal de inseguridad. Uno podría decir: "Me sentiré seguro cuando tenga X cantidad de dinero porque entonces tendré independencia económica y podré jubilarme. Y entonces haré todo lo que he querido hacer siempre". Pero eso es algo que nunca sucede - que nunca llega.
Quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida sin encontrarla jamás. La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero. El apego al dinero siempre creará inseguridad, no importa cuánto dinero se tenga en el banco. De hecho, algunas de las personas que más dinero tienen son las más inseguras.  La búsqueda de la seguridad es una ilusión. Según las antiguas tradiciones de sabiduría, la solución de todo este dilema reside en la sabiduría de la inseguridad o la sabiduría de la incertidumbre. Esto significa que la búsqueda de seguridad y de certeza es en realidad un apego a lo conocido. ¿Y qué es lo conocido? Lo conocido es el pasado. Lo conocido no es otra cosa que la prisión del condicionamiento anterior. Allí no hay evolución - absolutamente ninguna evolución. Y cuando no hay evolución, sobrevienen el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.
La incertidumbre, por otra parte, es el suelo fértil de la creatividad pura y de la libertad. La incertidumbre es penetrar en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia. Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades, siempre fresco, siempre nuevo, siempre abierto a la creación de nuevas manifestaciones. Sin la incertidumbre y sin lo desconocido, la vida es sólo una vil repetición de recuerdos gastados. Nos convertimos en víctimas del pasado, y nuestro torturador de hoy es el yo que ha quedado de ayer.
Renunciemos a nuestro apego a lo conocido y adentrémonos en lo desconocido, así entraremos en el campo de todas las posibilidades. La sabiduría de la incertidumbre jugará un importante papel en nuestro deseo de entrar en lo desconocido. Esto significa que en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio; que experimentaremos la alegría de vivir: la magia, la celebración, el júbilo y el regocijo de nuestro propio espíritu.
Cada día podemos buscar la emoción de lo que puede ocurrir en el campo de todas las posibilidades. Si nos sentimos inseguros, estamos en el camino correcto - no nos demos por vencidos. En realidad no necesitamos tener una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos por fuera un enorme abanico de posibilidades.
Una de las características del campo de todas las posibilidades es la correlación infinita. Este campo puede orquestar una infinidad de sucesos espacio-temporales con el fin de producir el resultado esperado. Pero cuando hay apego, la intención queda atrapada en una forma de pensar rígida y se pierden la fluidez, la creatividad y la espontaneidad inherentes al campo de todas las posibilidades. Cuando nos apegamos a algo, congelamos nuestro deseo, lo alejamos de esa fluidez y esa flexibilidad infinitas y lo encerramos dentro de un rígido marco que obstaculiza el proceso total de la creación.
La ley del desapego no obstaculiza la ley de la intención y el deseo - la fijación de metas. Siempre tenemos la intención de avanzar en una determinada dirección, siempre tenemos una meta. Sin embargo, entre el punto A y el punto B hay un número infinito de posibilidades, y si la incertidumbre está presente, podremos cambiar de dirección en cualquier momento si encontramos un ideal superior o algo más emocionante. Al mismo tiempo, será menos probable que forcemos las soluciones de los problemas, lo cual hará posible que nos mantengamos atentos a las oportunidades.  La ley del desapego acelera el proceso total de la evolución. Cuando entendemos esta ley, no nos sentimos obligados a forzar las soluciones de los problemas. Cuando forzamos las soluciones, solamente creamos nuevos problemas. Pero si fijamos nuestra atención en la incertidumbre y la observamos mientras esperamos ansiosamente a que la solución surja de entre el caos y la confusión, entonces surgirá algo fabuloso y emocionante.
Cuando este estado de vigilancia - nuestra preparación en el presente, en el campo de la incertidumbre - se suma a nuestra meta y a nuestra intención, nos permite aprovechar la oportunidad. ¿Qué es la oportunidad? Es lo que está contenido en cada problema de la vida. Cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio. Una vez que tengamos esta percepción, nos abriremos a toda una gama de posibilidades - lo cual mantendrá vivos el misterio, el asombro, la emoción y la aventura.
Podremos ver cada problema de la vida como la oportunidad de algún gran beneficio. Habiéndonos afianzado en la sabiduría de la incertidumbre, podremos permanecer alerta a las oportunidades. Y, cuando nuestro estado de preparación se encuentre con la oportunidad, la solución aparecerá espontáneamente.
Lo que resulta de esto es lo que denominamos comúnmente "buena suerte". La buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad. Cuando los dos se mezclan con una vigilancia atenta del caos, surge una solución que trae beneficio y evolución para nosotros y para todos los que nos rodean. Ésta es la receta perfecta para el éxito, y se basa en la ley del desapego.