¿Cuál es la función del hígado?
El hígado es un órgano encargado de múltiples funciones, es como un gran
laboratorio dentro de nuestro cuerpo: participa en la digestión, en la
composición de la sangre, produce y almacena energía y, actúa como
desintoxicante. Incluso en los tres primeros meses de gestación cumple la misma
función que realizará en adelante la médula ósea.
¿Qué se sabía de este órgano en la antigüedad?
La astrología médica realiza una analogía entre el hígado, como órgano de
mayor tamaño en el cuerpo humano, y Júpiter que es el planeta de mayor tamaño
en el Sistema Solar sin contar con el Sol. Recordemos que una analogía es una
correlación entre términos de dos o más sistemas.
En la antigüedad se consideraba a Júpiter como el “benéfico mayor”. Si
habláramos de un coche, sería el acelerador que controla los procesos de
regulación intestinal y los procesos de expansión y engorde.
¿Qué es lo que afecta al hígado?
Los excesos pueden desencadenar graves patologías en el hígado: exceso de
comida, de alcohol, de drogas, las ansias desmesuradas de expansión, etc.
Cuando existe un exceso es porque tenemos dificultades para valorar, ¿qué es
beneficioso y qué es perjudicial? Un exceso puede ser indicador de de un
sentimiento de separación, de un super ego muy desarrollado.
¿Alguna otra cosa sobre el hígado?
El hígado parece gestionar nuestros sentimientos, la principal emoción
asociada al hígado es la cólera. Algunos consideran que este órgano es la sede
de la rabia y de las emociones primitivas. Las afecciones hepáticas como la
hepatitis y otras más graves, son la consecuencia de haber reprimido durante
mucho tiempo el enfado, la tristeza y la amargura. Cuidar el hígado es también
cuidar el hábito a quejarse y dejar el mundo de la crítica…
¿Cómo puedo cuidar este órgano tan importante?
Cuidar el hígado significa plantearme en que me estoy excediendo. Si el
exceso se centra en el consumo de alguna droga, es que inconscientemente me
quiero anestesiar para no sentir. Frecuentemente nos evadimos, evitamos
enfrentarnos a lo que nos duele, y las heridas más profundas se hallan en el
seno de las relaciones familiares primarias. El alcohol se toma equivocadamente
para desinfectar el alma, cuando sería mejor plantearse por qué está mi alma
enferma. El análisis del árbol genealógico nos ayudaría a ver de una manera
clara que focos abiertos de dolor hay en el alma familiar que compartimos con
todos nuestros ancestros. Si el exceso es en grasas, debemos investigar la
razón de ese acumular simbólico ¿qué tememos que nos falte? ¿qué nos faltó en
la infancia, cómo repartieron nuestros padres el territorio simbólico de que
disponían para sus hijos? La respuesta a la pregunta ¿qué tipo de carencia
padezco?, nos dará la pista que nos guíe hacia ser consciente de porque nos
excedemos en ingestas que perjudican nuestro hígado y por lo tanto a nuestra
salud.
Cuidar el hígado, con sus múltiple conexiones, con el cordón umbilical, el
corazón, el intestino…, y como gestor de nuestras emociones almacenadas, es
aprender a comunicarnos de forma asertiva.
Hay un equilibrio, un punto equidistante entre la represión de los
sentimientos y la agresión verbal y entre la carencia y el exceso. En ese punto
está la zona en la que un hígado permanece sano de por vida.
De A. Jodorowsky