Marianne
Costa: La ira es el inverso de “ser bueno”.
Con los dientes
mordemos y masticamos. Una mala dentadura es indicio de dificultades para
expresar la agresividad. Parece que para no devorar a mordiscos a los que nos
rodean, preferimos destrozarnos los dientes. Reprimimos la ira, antes que
perder el rol de “bueno” por el que la familia nos acepta, nos da un sitio y
nos quiere. El bruxismo es el colmo, rechinar los dientes, morder
compulsivamente por la noche, lo que has dejado de morder de día bajo el
control de la conciencia. Los dientes se quedan romos, como inofensivos.
Los dientes
representan también las decisiones. En el mundo actual la educación social que
recibimos nos exige obediencia y adaptación por tanto se nos obliga a reprimir
nuestra agresividad. Las caries vistas desde este punto de vista, significarían
que alguien nos impide mostrar nuestra agresividad, lo que provocará nuestro
enfado. La caries también puede indicar que nos tomamos la vida demasiado en
serio…
Marianne
Costa: si alguien perdona, sin hacer la confrontación, también guarda ira.
Desde la teología
cristiana la ira se convierte en pecado gravísimo cuando nuestro instinto de
destrucción sobrepasa toda moderación racional y, desbordando todo límite
dictado por una justa sentencia, se desea sólo la inexistencia del prójimo.
Beck: Mis comienzos
en la investigación psicológica estuvieron relacionados con probar si la
depresión no era más que “ira introyectada”…
Un sueño que suele
estar conectado con la impotencia para resolver determinados conflictos es
aquel donde se nos caen los dientes…Suele darse más durante la adolescencia
Freud: Los
pacientes deprimidos sienten hostilidad e ira contra alguien que aman. Como no
pueden tolerar esos sentimientos adversos a una persona que para ellos es
importante, necesaria y valiosa, los reprimen y los dirigen inconscientemente
contra sí mismos.
Dice Alejandro
Jodorowsky que cuando sufrimos una depresión a consecuencia de rabia que no
hemos podido expresar, una forma psicomágica para salir de la misma es aprender
a disparar en una escuela de tiro.
Marianne
Costa: descubrir tu propia fuerza. A veces, uno reprime su fuerza, por miedo a
saber que es capaz de matar. Es recomendable aprender artes marciales. Tener
fuerza también consiste en saber huir cuando lo necesitas.
Publicado en Plano Creativo.
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