Esta fue
una frase acuñada por Anne Ancelin Schützewberger, una de las pioneras en el
estudio de la psicogenealogía.
Para ella: “El inconciente tiene buena memoria y
marca acontecimientos importantes del ciclo de vida por repetición de fechas o
edad”.
Podemos
hacer un ejercicio sencillo, aunque laborioso: tomar un calendario y apuntar
las fechas de nacimiento y muerte de los miembros de nuestro árbol genealógico,
así como otras fechas significativas, como bodas, accidentes, encarcelamientos,
etc.
Nos sorprenderá ver como en un mismo día o alrededor de él se amontonan
acontecimientos…
Otro
ejercicio interesante consiste en observar la edad a la que nuestros
antepasados sufrieron un trauma significativo. Veremos que se repite en algunos
de sus descendientes de manera idéntica o camuflada. Por ejemplo, una mujer
debe ser internada con diagnostico de esquizofrenia, a la misma edad en que su
madre fuera internada por la misma causa y que su hija tuviera la misma edad
que ella tenia en aquel momento.
El
fenómeno del doble aniversario se da cuando coinciden la edad y la fecha de la
repetición.
Esas
“coincidencias” no se deben al azar, un estudio estadístico de probabilidades
lo confirmaría, sino que obedecen a la voluntad del árbol.
Vamos a
plantear tres supuestos:
1.- El
aniversario puede tener un componente asociado a un contrato
Los contratos son una especie de “códigos”
que actúan sobre nuestra vida en forma de creencias y de inhibiciones
Puede ser
el caso del nacimiento producido en una fecha, que viene a recordar un
acontecimiento alegre o triste de otra generación. Por ejemplo: el nacimiento
de una hija el mismo día y mes en que falleció la abuela para que esa fecha se
convierta en un significante. El contrato dice en letras grandes que viene a
desempeñar la misma función que tenía la abuela
2.- Nacer
en una fecha dada es un abuso, la programación viene de fuera
Los abusos se oponen a nuestra realización.
Cuando hay demasiado, o demasiado poco
Un
ejemplo son los llamados “hijos de reemplazo” que nacen el mismo día en que
murió o se enterró a otro hijo que lo precedió, cuya madre no hizo el duelo.
También podemos considerar otro abuso el hecho de repetir el nombre del difunto
en la nueva criatura, con lo que estamos diciendo que viene a sustituir al
muerto.
3.-
Programarnos para morir en otra fecha, es una lealtad
Cualquier
contrato de los que hablamos se cumple siempre por lealtad y por miedo a dejar
de pertenecer al clan, es decir por miedo a las consecuencias.
Nos
programamos para vivir el mismo número de años que nuestros padres. Pongamos
como ejemplo a una abuela que muere joven a los cuarenta y cinco años, la hija
cuando llega a esa edad hace una crisis fuerte y tiene un accidente y la nieta
cuando llega a esa edad también cae enferma. Son lealtades inconscientes hacia
una figura de autoridad en el árbol.
Aceptamos
que las cosas se deben de hacer de una manera determinada, la que nos impone
nuestro árbol.
Gabriela
Rodríguez, discípula de Alejandro Jodorowsky, explica que en las familias se
repiten un sinfín de circunstancias como nombres, fechas, formas de nacer y
formas de morir, entre otras, que inciden en nuestro actuar y van generando
depresiones o neurosis. A estas coincidencias les llama “La Trampa”. Recuerda
el caso de una madre que llegó a su consulta porque “su hijo desde hacía un par
de años sufría un accidente siempre en la misma fecha”.
Procedieron
a indagar su historia familiar y descubrieron que el abuelo paterno del joven
se había suicidado en esa fecha la misma edad que tenía el muchacho cuando
llegó a la terapia. “De alguna manera el hijo empezó a realizar la historia de
su abuelo inconscientemente”,explica la psicomaga, “y para romper con este
vínculo, toda la familia fue al cementerio a honrar a su familiar muerto,
haciendo un discurso y una ofrenda para sanar el alma perdida por el suicidio.”
Un árbol
sano es el que permite la mutación y un árbol enfermo el que se empeña en la
repetición. Un árbol sano deja que las nuevas ramas nazcan y crezcan libremente
a partir de su tronco, un árbol enfermo se empeña en que las ramas nazcan sobre
las heridas de ramas caídas.
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